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José fue ese abuelo que acunó a Martín con canciones desafinadas llenas de palabras tiernas, que caminó despacio respetando el paso atolondrado de sus piesitos chuecos, que jugó y rió en el piso como si tuviera 60 años menos, que lo acompañó sin juzgarlo en cada etapa de su vida y lo escuchó mucho, hablándole sólo para hacerle saber que ahí estaba y que lo quería con el corazón.
Mucho después fue Martín el que lo acompañó a José, caminando a su lado con pasos lentos, siempre con una sonrisa de admiración y cariño. No porque le estuviera devolviendo el favor, sino porque no sabía ser de otro modo.
Dedicado a quienes creen que todo vuelve en la vida.
Hermoso cuento!!! Me emocionó hasta las lágrimas...
ResponderEliminarGracias!
EliminarMuy cierto Noe!!! me encanto!!! que lindo compartir todo esto con vos... Es muy admirable poder expresar todo esto con palabras.. Te quiero amiga!!!
EliminarGracias Jose! Yo también te quiero mucho :)
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