domingo, 3 de agosto de 2014

La contención de las mamás (o la locura de criar tan solas)


¿Sabían que la depresión perinatal afecta a 1 de cada 5 mujeres según la OMS? Lo leo y me parece altísimo y bajísimo al mismo tiempo. Yo creo que todas sentimos en algún punto un poco de angustia, depresión o desconsuelo. Eso hizo preguntarme: ¿qué nos pasa psicológicamente a las mujeres en esta etapa de nuestras vidas?

Según la Lic. Alba Pozo, hay ciertas "situaciones a tener en cuenta en el estado de ánimo de la mamá, ni bien ha nacido su bebé. La falta de sueño, es estrés, los miedos y ansiedades, el agotamiento, la falta de apoyo, pueden desencadenar una serie de síntomas en las mamás que han dado a luz, sobre todo si son primerizas: obsesiones, decaimiento, depresión, cambios de humor, accesos de llanto, disminución del apetito, problemas para dormir."

Esto, según la psicóloga, es normal, "dado el esfuerzo físico y psíquico que supone el parto (o cesárea). Algunas mujeres pueden padecer más que un decaimiento y desarrollar una depresión con síntomas severos y más duraderos. Es fundamental el apoyo que la mamá reciba en estos momentos. Es muy importante que no se aísle con sus dudas y angustias, que pida ayuda. Si llega a ser necesario que no dude en consultar con un profesional idóneo en el tema, un psicólogo. Compartir sus experiencias con otras mujeres que atraviesan esta etapa es también de gran ayuda."

Y es acá donde quería llegar: porque las mujeres en el siglo XXI tenemos de todo y no tenemos nada. Maternamos aisladas entre 4 paredes. Pasamos la mayor parte del día con nuestro bebé completamente solas. ¡Como para no enloquecernos! Mi abuela hace sólo 50 años criaba a sus hijos en compañía de sus hermanas y vecinas. ¿Cómo adaptamos esta necesidad de contención y compañía a nuestra realidad actual?


Laura Gutman nos dice: "Todas las madres con niños pequeños necesitamos sostén, acompañamiento, solidaridad, comprensión y resguardo de otros miembros de nuestra tribu. Pero claro, en el mundo occidental -especialmente en las grandes ciudades- nos hemos quedado sin tribu. (...) Es tiempo de admitir que somos sólo dos personas -nada más que dos- y que tanto las madres como los padres estamos demasiado solos en la compleja tarea de acunar a nuestros hijos. Si la realidad es tan desventajosa, compartamos lo que nos pasa, conversemos y decidamos juntos a quiénes pedir ayuda. Inventemos una red amorosa donde haya un lugar destacado para los niños. Ofrezcamos una sonrisa, un libro, un dato valioso a otras madres. Abramos nuestras casas, cocinemos algo delicioso, invitemos a otros adultos con niños a visitarnos."


El pediatra Carlos González también habla de tribu: "Es difícil que una sola persona pueda hacerse cargo de cuidar, alimentar y proteger a los niños durante tanto tiempo. Las madres han necesitado la ayuda de su familia (...) y de la sociedad en su conjunto, de toda la tribu. En casi todas las culturas humanas, el padre permanece junto a la madre durante años y la ayuda a proteger y alimentar a sus hijos." "La ausencia de otros familiares y la menor relación con los vecinos hace que muchas madres pasen largas horas solas en casa con un bebé.(...) eso no es bueno para su bienestar psicológico. No es bueno que una persona adulta tenga que pasar horas y horas sin otros adultos con los que hablar, con la única compañía de un bebé. (...) Dice un refrán africano que para criar a un niño hace falta toda una aldea."


"Por eso cuando empezamos a atravesar el puerperio es fundamental encontrar un espacio con mamás como una que están pasando en ese momento por la misma situación -dice la psicóloga Yanina Benasus- Llamémosle a este grupo: grupo de apoyo, de contención, de paridad. Es así como buscar un taller de crianza, una charla de puerperio, un taller de masaje infantil para mamás con bebés puede ser muy útil y una buena alternativa para atravesar este periodo. Estos encuentros con un grupo de pares puede significar para esta mamá mucho más de lo que parece, ya que no sólo habilita el espacio para el encuentro con mamás en igual situación y condición, sino que brinda la posibilidad de salir de la casa, de tener algo programado con horario, de poder sacarse el pijama y arreglarse un poco para salir, muchas veces significa poder volver a conectarse con el mundo exterior lo cual ayuda mucho durante la primera etapa del puerperio."

Salir al exterior. Exactamente. ¿De dónde habrá salido la idea de que un bebé tiene que estar aislado con su madre? Sea como sea, es rara y sólo ocurre recientemente y en la sociedad occidental (es decir, no es lo normal ni lo universal). Dice Jean Liedloff que lo natural es todo lo contrario: que el bebé se integre a la sociedad a través de su madre, pegado a ella, viviendo el mundo a través de sus acciones (y el Dr. González también retoma conceptos muy similares).

En mi experiencia personal les puedo asegurar que salir es sumamente importante. Sí, podemos salir con un bebé, ir a la plaza, a caminar, a visitar a alguien. Parece una obviedad, ¿lo será? Los bebés aman el movimiento, llevarlos en portabebé no sólo es cómodo y nos da libertad sino que es bueno para ellos. Y encontrar un grupo de contención, amistad, crianza o como quieran llamarlo, es todavía mejor y te permite sentirte escuchada, comprendida y acompañada. Sin prejuicios, de par a par. Yo encontré un gran apoyo gracias al hermoso espacio de Tiempo de Nacer, donde hice gimnasia para embarazadas y taller mamá-bebé. Aprendí mucho, me sentí acompañada y encontré amigas únicas. Con ellas compartimos, hicimos catarsis (lo seguimos haciendo), lloramos juntas y acunamos a nuestros hijos juntas, dimos la teta, la mamadera, pusimos un DVD de Mickey intentando charlar 10 minutos sin quejas, nos reímos hasta más no poder de nuestras propias ridiculeces, hicimos "upa parado", nos aconsejamos, tomamos mate y nos escuchamos. De par a par.

Podemos compartir en las redes sociales y buscar mamás de nuestras ciudades para armar grupos (sobre todo aprovechando la época de licencia por maternidad, donde más tiempo tenemos), buscar la compañía a nuestros amigos y familiares, escribir en foros y blogs, y hasta conectarnos con otros países. ¡Lo importante es saber que no estamos solas en lo que sentimos, sólo nos falta nuestra tribu!

2 comentarios:

  1. So una gran seguidora de Laura Gutman, es mas, fue ella quien me dio, a traves de sus libros, la contencion, la comprension y el apoyo que necesitaba para sentir que estaba en el camino correcto, porque hasta entonces simplemente sentia que estaba perdiendo la cordura. Lamentablemente es muy dificil la maternidad, sobre todo cuando la persona que nos acompaña es un hombre que jamas sintio ni sentira la experiencia de ser madre, de poner el cuerpo y el alma en traer un hijo el mundo. No pretendo desmerecer su aporte, pero estamos en veredas diferentes. Ellos pretenden que sigamos siendo las mismas de antes, y nosotras somos cualquier cosa, menos eso. Por eso estoy de acuerdo en que necesitamos una red de apoyo. Un beso!!

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    1. Totalmente Mónica, yo creo que el apoyo de otra mujer (sobre todo si es madre, y más allá de que nuestra pareja esté presente o no) es fundamental. ¡Pero que poco se habla de eso! Lo veo en mi entorno no tan cercano, tantas mujeres que están solas y agotadas y hasta padecen ser mamás. Me da tristeza. Ojalá de a poco logremos cambiar estos aspectos tan injustos de nuestra sociedad. Un beso

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