Foto: Jade Beall |
“Había una vez, una
pareja que se amaba mucho, mucho. Fruto de ese amor, nació un hermoso bebé.
Luego de haber dado a luz y de regresar a su hogar, la pareja estaba muy feliz,
a pesar del cansancio lógico de los días posteriores al parto. Esa primera
noche, se encontraron con la realidad de estar solos en su casa y como en los
cuentos de hadas todo parecía fácil... Solo había que amamantar al bebé a libre
demanda, cambiarle el pañal y acunarlo para dormir… la mamá iba a entender el
llanto de su bebé y este dormiría, tomaría el pecho y los tres estarían felices
y comerían perdices….Todo era color de rosa… pero colorín colorado este cuento
ha acabado…”
Esa primera noche, la mayoría de las mamás y papás, la recuerdan
perfectamente. Y más, los padres primerizos que no tienen idea de cómo será.
Los tres llegan a casa, la mamá muy dolorida por su parto vaginal o por su cesárea,
los pechos llenos de leche, el cansancio de las noches sin dormir, el mal humor
propio de todo este panorama, los intercambio entre la pareja. La mujer se
siente vulnerable, sola, con tantas dudas y preguntas y sumado a todo, el bebé
que no quiere dormir en su cuna y el mensaje fue claro: no duerman con el bebé
en la cama que lo pueden aplastar, y uno realmente tiene miedo de hacerlo,
entonces pasamos las primeras noches en vela, turnándonos con la pareja o con la
ayuda que uno tenga y el bebé duerme feliz en nuestros brazos y nosotras con el
cuello duro y esa primer noche, lejos de un cuento de hadas, nos encontramos
con la dura realidad de estar ahí los tres, solos, sin saber bien qué hacer… y
a pesar de todo este escenario de incertidumbre y desconcierto, felices y
emocionados por la llegada de nuestro bebé…. Así empieza el puerperio.
No es el comienzo más feliz para esta etapa, que por suerte,
como todo, no es permanente. El puerperio es el periodo que inmediatamente le
sigue al parto. Según su desarrollo podemos dividirlo en cuatro etapas
(inmediato, puerperio propiamente dicho, tardío y alejado) y la teoría dice que
va desde el momento posterior al parto hasta los 6 meses del bebé. Es claro que
la teoría no siempre acompaña a la realidad, para muchas madres este periodo se
extiende hasta el año del bebe y para muchas otras hasta los 2 años.
Y así los días y las noches van pasando y de a poco, todos
están más “adaptados” (por decirlo de alguna manera) a esta nueva vida y rutina.
La mamá con el sueño muy liviano controlando a cada segundo la respiración de
sus bebé, el compañero que no sabe muy bien cómo ayudar y la familia que
colabora como puede, en el mejor de los casos. En muchas oportunidades esa
nueva mamá se encontrará teniendo muchas preguntas y la mayoría de las veces, ¡sólo
Google para responderlas! Por eso cuando
empezamos a atravesar el Puerperio es fundamental encontrar un espacio con
mamás como una que están pasando en ese momento por la misma situación. Llamémosle
a este grupo: grupo de apoyo, de contención, de paridad. Es así como buscar un
taller de crianza, una charla de puerperio, un taller de masaje infantil para
mamás con bebés puede ser muy útil y una buena alternativa para atravesar este
periodo. Estos encuentros con un grupo de pares puede significar para esta mamá
mucho más de lo que parece, ya que no sólo habilita el espacio para el
encuentro con mamás en igual situación y condición, sino que brinda la
posibilidad de salir de la casa, de tener algo programado con horario, de poder
sacarse el pijama y arreglarse un poco para salir, muchas veces significa poder
volver a conectarse con el mundo exterior lo cual ayuda mucho durante la
primera etapa del puerperio.
Durante el puerperio la inestabilidad emocional que
sobreviene a la mamá es desestructuraste, por lo menos en el primer tiempo. El
cuerpo comienza a cambiar y a volver a ser el que era, pero continua diferente.
La mujer se siente gorda, fea, poco atractiva. El sexo no abunda por que la
libido está puesta en el bebé y los estados emocionales fluctúan en un vaivén
sin sentido, el cual no podemos explicar y por momentos una se siente bien,
plena y feliz y en pocos minutos, la sensación puede convertirse en tristeza,
angustia, culpa, incertidumbre. Por lo cual para aquellas personas que estén
acompañando a la mujer puérpera también será de gran ayuda contar con
determinada información y sobretodo tener mucha paciencia para poder acompañar,
apoyar y asistir. El puerperio trae aparejado cambios emocionales, físicos y
psicológicos. Por supuesto que cómo cada mamá atravesará esta etapa dependerá
en gran medida de muchos factores, acá no hay verdades universales ni todas las
recetas sirven para todas las personas. Pero sí tenemos opciones y herramientas
que nos permitirán sentirnos contenidas cuando tengamos la sensación de
desborde, sentirnos acompañadas cuando creamos que nadie nos entiende y poder
hablar con otras mamás de nuestros bebes nos hará sentir más plenas,
acompañadas y sostenidas.
Por lo cual, buscar y encontrar un grupo de apoyo, de
sostén, de igualdad es muy recomendable para sostenerse en esta etapa. A veces
la ayuda de la familia, de los amigos y de la pareja (que por más que haga el intento,
no logra entendernos), no alcanza y es bueno formar lazos que nos ayuden a
construir otras verdades y ver que la realidad es que nadie nace sabiendo cómo
es ser madre, ni mucho menos como es ser “buena” madre. Un placer y un alivio poder
hablar de nuestro bebé horas y horas, intercambiar mails y compartir anécdotas
de nuestros hijos, con mamás que realmente quieran escucharlas. ¡Qué bueno
poder hablar de sexualidad y que los demás te entiendan porque les pasa lo
mismo! Así de apoco, la maternidad empieza a disfrutarse mucho más y la soledad
que varias veces genera la incertidumbre de no saber qué hacer ante determinadas
situaciones empieza a sentirse más tolerante. Definitivamente cuando una siente
que sola no puede, de nada sirve seguir intentándolo, sino más bien buscar qué
alternativas (grupos, foros por Internet, centros y charlas gratuitas de
lactancia) puedo encontrar.
Lo bueno del puerperio es que pasa, como todas las etapas de
la vida y sirve para transformarnos. A pesar de la angustia, la incertidumbre y
el cansancio propios de esta etapa, una nueva mamá tiene herramientas para
transitarla de una manera más placentera. Lo único que resta decir es que a
pesar de todo lo movilizarte de lo que implica ser una mujer puérpera, cuando
logren encontrar esos momentos de tranquilidad, armonía y conexión con su bebé y
se vean enamoradas, perdidas en la mirada de ese nuevo ser que llegó para
cambiarnos la vida, se darán cuenta de que sólo estamos transitando una de las
mejores etapas de nuestras vidas y ojalá desde esa perspectiva, podamos
aprovechar este espacio de transformación fascinante del nuevo mundo de ser
mamás.
Y ahora sí… colorín colorado, este cuento se ha terminado.
Yanina G. Benasus
Mamá, Lic. en Psicología, Educadora de Masaje Infantil (AIMI), Fundadora de Pequeño Mundo - Masaje Infantil, Especialista en Embarazo, Maternidad y Puerperio (Sistema Natal),Terapia Sexual estratégica (ISDEBA) y Psicología de la Infertilidad (ALMER).
Qué lindo es encontrar el respaldo profesional que exprese en palabras sencillas ese caos que se siente en el puerperio... sirve al menos para saber que no estamos solas ni locas, que lo que nos pasa es normal y es solo una etapa.
ResponderEliminarGracias Mónica! Yanina es una gran profesional. Da charlas sobre puerperio en Buenos Aires organizadas por Margaritas y Elefantes.
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