Hace días que tengo un tema dando vueltas en la cabeza y que tiene que ver con los calificativos negativos, esos "alias" que muchas veces nos marcan de por vida. Está de moda hablar del bullying pero yo creo que estos temas empiezan mucho antes de la etapa escolar.
¿Escucharon de qué modo algunas personas catalogan a los chicos con total liviandad? Apenas meses de nacidos ya tienen un prontuario que asusta. "El llorón". "El inquieto". "La nerviosa". "El tranquilo" (con sus acepciones "es un santo", "es un pancho"). Y más adelante los apodos empeoran. "La callada". "El nerd". "La buena alumna". "Daniel el terrible".
Me pasa todo el tiempo con mi hijo. Escucho cosas como: "No se queda quieto un minuto. ¡Qué hiperactivo!" (palabra dañina si las hay). ¡Tiene menos de 2 años! Es un deambulador (cómo me gusta citar palabras raras y ésta me la enseñó mi hermana que es maestra jardinera) y como tal necesita explorar. ¿Qué va a hacer? ¿Sentarse a escribir sobre física cuántica? ¿Jugar al ajedrez?
Los chicos necesitan comportarse como chicos. ¿Es una obviedad o una redundancia? No lo creo. Sí, a veces molestan y aturden. Sí, ensucian y se ensucian. Sí, se caen y se lastiman. Sí, desordenan. Sí, nos vuelven loc@s. Sí, son extremadamente divertidos, ocurrentes e inteligentes y nos enseñan a disfrutar mucho más de la vida.
Los chicos necesitan comportarse como chicos. ¿Es una obviedad o una redundancia? No lo creo. Sí, a veces molestan y aturden. Sí, ensucian y se ensucian. Sí, se caen y se lastiman. Sí, desordenan. Sí, nos vuelven loc@s. Sí, son extremadamente divertidos, ocurrentes e inteligentes y nos enseñan a disfrutar mucho más de la vida.
La periodista Eugenia Tavano, en un artículo que se llama Para mirarte mejor, entrevista a dos especialistas para tratar este tema. Me parece interesante transcribirles algunas partes.
"La palabra de un adulto funda, justifica y define el comportamiento de un niño", dice el doctor Javier Indart, Jefe de la Unidad de Violencia Familiar del Hospital Pedro de Elizalde. "Estigmatizar a los chicos es una gran carga para ellos y empiezan a cumplir estas profecías. Si mi padre me dice que soy un incapaz, así voy a actuar. (...) Para que el chico pueda crecer y desarrollarse adecuadamente tiene que sentir que es importante para un adulto".
En la escuela primaria es cuando se empieza a notar mucho más. Alejandra, maestra de primaria y psicopedagoga con más de 20 años de experiencia dice: "Una vez que al niño se lo rotula como el que hace lío, el que es lento, el que es introvertido, esa mirada persiste. Y el alumno va a actuar el resto de su escolarización en consecuencia, salvo que en algún momento se lo mire desde otro lado."
En la escuela primaria es cuando se empieza a notar mucho más. Alejandra, maestra de primaria y psicopedagoga con más de 20 años de experiencia dice: "Una vez que al niño se lo rotula como el que hace lío, el que es lento, el que es introvertido, esa mirada persiste. Y el alumno va a actuar el resto de su escolarización en consecuencia, salvo que en algún momento se lo mire desde otro lado."
En el ámbito escolar vamos notando un interés cada vez más marcado por enfrentar y solucionar este problema (el bullying ya es definitivamente parte de la opinión pública), pero a nivel más "familiar" la mayoría veces es algo tan naturalizado que ni se cuestiona. Es parte del sentido común. ¿No creen que sería bueno empezar a despegar estas etiquetas de la frente de los chicos?
¡Mafalda es ideal para ejemplificar ABSOLUTAMENTE TODO EN LA VIDA! |
Muy buena reflexión. El adulto debería revisar su historia del niño que fue, para enfrentar la educación de un niño. Si no tuvo libertad, si no se pudo expresar, si no se sintió comprendido, aceptado en su infancia, va a estar en problemas para aceptar al niño que tiene delante.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Esto tiene mucho que ver con lo que dice Laura Gutman sobre enfrentar y procesar lo propio para poder "maternar" con entrega y disponibilidad real. A veces es simplemente hacer un esfuerzo extra e intentar pensar fuera de la caja. Todos nos equivocamos, tal vez etiquetamos a nuestro hijo sin quererlo. Tomémosnos dos minutos y pensémoslo y si fue así, siempre estamos a tiempo de cambiarlo. Gracias por tu aporte!
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