sábado, 14 de junio de 2014

Dormir con los hijos (o el famoso colecho)

No conozco a ningún chico que no haya terminado alguna noche durmiendo con los padres. La mayoría de los nenes, hasta cierta edad, prefieren dormir acompañados. Lo extraño es que algo tan común y corriente sea tan mal visto.

Un día, antes de ser mamá, charlaba con un compañero de trabajo. Él estaba muy preocupado porque su hijo de 4 años se pasaba a la cama grande todas las noches. A lo que yo respondí que me parecía lo más normal del mundo y que ya iba a dormir solo. "¿En serio?" Me dijo muy sorprendido. Aprovechando que otro compañero, papá de dos nenes chicos, pasaba por ahí le pregunto: "¿Tus hijos no se pasan de cama todas las noches?". "Sí, claro -nos confesó, con un poco de vergüenza- es el show del traspaso de camas, todos terminamos durmiendo en cualquier lado." Nos reímos un rato y, de paso, creo que esos papás se sintieron más acompañados (a veces a los hombres les cuesta compartir me parece).

Algunas de las corrientes "nuevas" de crianza hablan de los beneficios del colecho (compartir la cama, digamos): cuando son bebés duermen mejor, aprenden más fácilmente las fases del sueño, es mejor para la lactancia (y más cómodo, sin duda), refuerza la autoestima, y una larga lista de etc. Hasta se dice que el colecho es una solución antigua para un problema moderno: la falta de tiempo. Algunas mamás trabajamos todo el día y compartir la cama de noche es una forma de "recuperar" ese tiempo perdido.

Pero más allá de las teorías, ¿no tendría que ser una decisión de cada familia? Cuántas amigas tengo que terminaron durmiendo con sus hijos, ¡simplemente para poder dormir! Son tantos los prejuicios que nos pesan a los padres que es fácil sentir que uno hace todo mal. Y no es así. Tenemos que poder ser libres de elegir.

Además el "sentido común" al pensar este tema incluye miradas muy negativas sobre los chicos: que nos toman el tiempo, que nos pasan, que nos ganan por cansancio... Una especie de competencia donde siempre perdemos los padres. Compartir la cama es dormir abrazados, es un mimo. ¿Por qué valorarlo de otro modo?

Me gusta este video de Carlos González por la simpleza con que trata el tema: 


Si ustedes, por decisión o por cansancio, comparten o compartieron la cama con sus hijos, acá va el kamasutra para papás. Porque al final... ¡un poco de humor siempre nos salva!




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