martes, 13 de septiembre de 2016

Entrevista a Mariel Bonnefon: "Es el momento de amar sin reservas"



Mariel Bonnefon es argentina, residente en Uruguay actualmente. Se formó como psicóloga en la Universidad de la República del Uruguay e inmediatamente después realizó la formación como Psicoterapeuta Corporal Reichiana, en el Taller de Estudios y Análisis Bioenergético. Trabajó durante varios años en clínica individual y grupal, siempre apuntando a la generación de nuevas formas de vivir, con más gozo y libertad.
 
En el 2012 llegó la maternidad y con ella un enorme cambio. Desde entonces se ha dedicado a trabajar en temas relacionados a la crianza respetuosa, autorregulada y consciente. Coordina talleres y grupos de crianza. Se formó como Promotora de Lactancia de la Liga de la Leche y como Asesora de Porteo Mimos y Teta. Actualmente se encuentra realizando la formación de Especialista en Ecología de los Sistemas Humanos de la EsTeR

Pueden conocer su trabajo a través de su página Crianza y Energía y de su comunidad en Facebook.

NS: Hola Mariel, muchas gracias por tu tiempo. Voy a comenzar haciéndote una pregunta que hago siempre. ¿Cómo cambió tu mirada profesional a partir de la maternidad?

MB: (Risas) La respuesta fácil sería decirte que si no hubiera sido mamá hoy no estaríamos conversando. La respuesta más larga es que cambió rotundamente, porque el contactar desde mi corazón con mi hijo me hizo abrirme a un mundo totalmente nuevo. 

Vivimos en una sociedad y una cultura eminentemente adultocéntricas y yo no había escapado de eso. Como psicóloga, sabía de primera infancia lo que se estudia en la formación básica de grado, que es bastante pobre. Mi trabajo clínico fue siempre orientado a adultos. No lograba conectar con los niños si alguna vez venían a mi consulta. Y si bien estaba formada como psicoterapeuta corporal reichiana, en mi cabeza no había hecho el "click" de que si la coraza caracterial se generaba en los vínculos tempranos, había algo que los adultos estábamos haciendo muy mal.

Cuando Thiago nació el mundo se me puso patas arriba. Lo único que yo quería era tener a mi cachorro pegado a mí, yo, ¡la súper profesional eficiente y responsable! Empecé a darme cuenta cuán errados estaban los conceptos que había aceptado sin más, sin cuestionarlos: separar al bebé de su madre... que duerma en su cuarto después del primer mes... el jardín de infantes desde el año es lo ideal... etc. etc. Me da hasta vergüenza recordar que, antes de ser mamá, algunas veces vi un niño llorando en el súper y pensé "esa madre no puso suficientes límites".

Por suerte pude tener la conciencia suficiente para darme cuenta que Thiago me estaba abriendo una puerta... y me tiré de cabeza al túnel. Ha sido un camino maravilloso, y doloroso también, porque tuve que enfrentarme con muchos puntos oscuros en mí misma... y los que faltan. Pero no puedo estar más que eternamente agradecida con él por haber llegado y despertarme.

NS: Vos decís que "en una forma más ecológica de vivir está la clave para crear un mundo más feliz, justo, sano". Me encanta la frase. Si hablamos específicamente de la crianza... ¿A qué se denomina crianza ecológica?

MB: La crianza ecológica es una forma de criar que intenta respetar lo más posible al bebé o niño. Se parte de la idea de que ellos llegan a este mundo con bastante más "salud" -si es que eso puede cuantificarse- que nosotros los adultos. 

Y se sabe, por años y años de investigaciones y observaciones, que las intervenciones que atentan contra el desarrollo natural del bebé humano son las que a su vez generan modos de vincularse y de vivir patológicos, no regulados. No estoy hablando de enfermedades psíquicas graves, sino de la "normalidad". Todos nosotros cargamos con heridas de nuestra infancia en nuestro cuerpo. A todos nos cuesta expresar nuestras emociones en mayor o menor medida, todos vivimos nuestra sexualidad de forma más o menos coartada, todos tenemos un anhelo de amor largamente ninguneado. Esas heridas configuran, como decía, formas de vivir, de relacionarse, que no son las naturales. 

Alexander Neill, colaborador de Wilhelm Reich, decía que nacemos con una capacidad innata para amar. Es obvio, si prendemos la tele a la hora del informativo, que el amor no nos está guiando en nuestro paso por el mundo. 


Entonces, de lo que estamos hablando es de Prevención. Estoy convencida, junto a muchos otros que trabajamos en este camino, que a través de criar de esta manera, estaremos ayudando a las próximas generaciones a crecer de otra manera, con menos peso en sus mochilas, con más herramientas para crear el mundo que todos nos merecemos.

Claro que no se puede hablar en términos absolutos, por eso digo que "intenta respetar lo más posible al niño". Ninguno de nosotros logrará una crianza autorregulada -o ecológica- al 100%, porque justamente cargamos con nuestras propias heridas. Esas heridas generan en nosotros patrones de relacionamiento tóxicos. Entonces, hacemos o decimos cosas que en realidad no están en contacto con lo que sentimos. 

Un ejemplo clásico: estoy cansada de un día agotador en el trabajo, llego a casa y le grito a mi hijo porque desordenó su cuarto. Es evidente que no es mi hijo el que provoca ese disestrés en mí. Pero seguramente por la crianza autoritaria que yo viví, no puedo gritarle a mi jefe o rebelarme contra el sistema laboral que me agota. Entonces me descargo con quien no corresponde, por así decirlo.

Cuál es la salida entonces? Intentar, paso a paso, ir desarmando esos patrones de relación. Ser concientes de nuestros propios límites, y respetarlos. Intentar ponernos en el lugar de nuestros hijos. No culparse -la culpa no sirve de nada-, pero sí responsabilizarse, y tomar acción en cambiar.
Seguramente, nosotros no lo veamos. Pero tal vez, nuestros nietos, o bisnietos, sí. Se trata de cortar con la cadena de transmisión. Y dejar que la energía, al servicio del amor y la vida como es natural, haga el resto

NS: ¿Cuál ha sido tu mayor desafío como psicóloga?

MB: Darme cuenta de que quienes acuden a pedirme ayuda están en su propio camino y que por más que quiera no puedo llevarlos al que yo considere correcto. Ellos tienen que descubrir hacia dónde ir, y yo sólo puedo acompañarlos y poner luz donde mis capacidades me permitan.

NS: ¿Y como mamá? 

MB: Uff... ¿tenés un par de años para que te cuente? (Risas)
Cada día es un desafío. Y también es un regalo. En este momento puedo hablarte de mi momento actual; mi mayor desafío es encontrar el equilibrio entre dejar fluir a Thiago y cuidarlo. Tiene 4 años y mucha voluntad...  

Cuando era más pequeño el desafío fue dejarme fluir a mí misma. Durante mucho tiempo tenía una gran autoexigencia, la mamá perfecta, la crianza perfecta, etc. Una locura.  

NS: Claro, y la autoexigencia desmedida genera culpa. ¡Es un círculo vicioso! Otro de los temas que quería tocar, dado que siento que caminamos el mismo camino: ¿realmente podemos creer en una revolución del amor? ¿Es la crianza la base para soñar con esto?

MB: Ay, espero que sí. Yo lo creo profundamente. Lo cual no quiere decir que piense que todos deberían dejar de hacer lo que hacen y ponerse a criar hijos (Risas). Pero es la militancia que yo he escogido. 

Yo creo que en este momento estamos siendo testigos, sin darnos cuenta, de un momento-bisagra. Hay una revolución, más o menos silenciosa, que ya ha comenzado. Un cambio de paradigma. No puede ser coincidencia que tanta gente al mismo tiempo, en distintos lugares, se plantee este tipo de preguntas.  
 

NS: ¡Me emociona mucho tu respuesta! Si bien veo ese cambio, todavía queda mucho por hacer. ¿Por qué seguimos persiguiendo los "límites", la "obediencia" y otros tantos supuestos "santos griales" de la crianza? ¿En algún momento creés que esto cambiará?

MB: Porque estamos perdidos. No tenemos conexión con nosotros mismos, con nuestro corazón, con nuestra energía. Necesitamos cosas externas de las que aferrarnos. Lo que buscamos es que nos digan qué hacer. Porque somos testigos de la vida exultante de nuestros hijos y no sabemos qué hacer con eso. Nos da miedo la pérdida de control.

Y ojo, que pasa lo mismo con el "Santo Grial" de la Crianza con Apego. Lo veo mucho; mamás y papás -yo misma lo viví en algún momento- que dan teta, colechan y portean porque "es lo que hay que hacer", no porque estén en contacto con las necesidades de sus hijos, y las propias. Entonces, cuando el bebé igual llora toda la noche... o el nene igual hace el berrinche... se desesperan. ¿Cómo? ¿No era ésta la solución a todos los males? 

Y no. No hay soluciones mágicas. Porque intentar criar respetuosamente implica, sí o sí, enfrentarte con tu propia rabia y tristeza, por no haber sido respetado. Si no contactás con eso, si seguís barriendo bajo la alfombra... va a llegar un momento en que te vas a ver superado. Los niños son campeones en eso (Risas). Saben encontrar nuestros puntos ciegos. Y en ese momento es que tenés la oportunidad: te tirás a la pileta o seguís de largo.  

Sobre tu segunda pregunta... no sé si cambiará a fondo. Pero sí veo que hay cada vez más gente con inquietud, con ganas de buscar, de inventar su propia historia. 

NS: ¡Seguiremos trabajando para que así sea! ¿Querés dejarnos alguna reflexión más?

MB: Creo, como te dije antes, que estamos en un momento bisagra. Es el momento de aprovechar esta energía, hacerla colectiva, jugárnosla por el otro, amar sin reservas a nuestros hijos y a quienes tengamos cerca. Cultivar vínculos que nos sostengan en este camino, generar tribu. Es el mejor regalo que podemos dejarles a las futuras generaciones. ¡Muchas gracias Noelia por permitirme este contacto con tus lectores!

Gracias a vos, Mariel, y que se siga multiplicando el amor. 

3 comentarios:

  1. Millones de gracias nuevamente Noelia, por darme este espacio de contacto con tus lectores. A seguir tendiendo redes y multiplicando caminos!!

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  2. Que lindo sentirse acompañada en la revolución del amor! Hay esperanza para nuestros hijos, al menos a eso creo que apostamos cuando la voluntad esta puesta en la crianza respetuosa y desde el amor! Gracias

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  3. Que lindo sentirse acompañada en la revolución del amor! Hay esperanza para nuestros hijos, al menos a eso creo que apostamos cuando la voluntad esta puesta en la crianza respetuosa y desde el amor! Gracias

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