viernes, 12 de diciembre de 2014

Educar sin premios ni castigos (por Justine Mol)

Foto: prezi.com

En este post reúno pasajes muy interesantes del libro Crecer con confianza, educar sin castigos ni recompensas, de Justine Mol. Me tomo algunas licencias poéticas para “argentinizarlo” y resumirlo un poco.

Nacida en los Países Bajos, Justine Mol es madre e instructora internacional de “Comunicación No Violenta”. Ha escrito varias obras sobre CNV aplicada a la educación.

Les dejo sus palabras, porque creo que pueden ayudar a muchas familias. Espero que así sea.

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He descubierto que las normas que vienen de arriba, cuando no existe un vínculo respetuoso entre las partes implicadas, sólo se pueden mantener con una continua “política” a base de premios y castigos.

A los niños se les puede poner normas a partir de los 3 años, aunque si las pactamos con ellos yo las llamaría más bien acuerdos.

¿Cómo educar sin castigar? 10 herramientas comunicacionales.

1. Disfrutá de las cosas: Cuando tu hijo hace las sumas bien u ordena su habitación, se siente orgulloso de sí mismo o satisfecho. Este placer aumenta si alguien comparte su alegría. Expresalo con palabras.

2. Laméntense juntos: Una niña que se peleó con una amiga se disgustará aun más si le decís algo como “¿cuándo vas a aprender a tener en cuenta lo que ella quiere?” Podés expresar el sentimiento y lamentarte con ella. La tristeza, como cualquier otra emoción, no es buena ni mala.

3. Expresá tu agradecimiento: Cuando tu hijo haga algo que te agrada decile Gracias. Expresar agradecimiento puede convertirse en un hábito. Nos ayuda a fijarnos en las cosas que enriquecen la vida y es una cálida y feliz alternativa a decirle “Qué bueno sos”.

4. Expresá cómo te sentís: Decile lo que sentís y qué es lo que te gustaría que hiciese empezando el mensaje con la palabra “creo”.

5. Fijate en el efecto que producen las acciones o las palabras de tu hijo: Los adultos sólo nos fijamos en esto cuando un niño molesta a alguien. Hagámoslo también cuándo haga algo bueno. “Mirá la cara de tu amiga porque le diste la mitad de tu galletita. ¡Qué feliz está!”

6. Mostrá interés: Hacelo tanto si tu hijo hace algo “bien” como “mal”. Mostrá interés por el motivo que lo impulsó a hacerlo. Interesate también por el después de un evento. De este modo mostramos interés en la persona, sin juzgar.

7. Sé claro al poner normas: Además, los niños estarán más dispuestos a seguir las normas de conducta si participan en su creación. Hacé que sean conscientes de los efectos que produce su conducta y dales la libertad para desarrollar sus propios valores éticos. Limitá la cantidad de normas que les ponés.

8. Haceles sugerencias: Si expresás tus ideas de cómo te gustaría que se comporten en forma de sugerencia no habrá ninguna razón para castigarlos ni premiarlos.

9. Tené en cuenta sus necesidades: Sea lo que sea que un niño haga o diga, lo hace para satisfacer una necesidad en particular. Un castigo o un premio es el resultado de nuestros juicios de valor e ignora las necesidades de un niño. Observá la necesidad que se esconde en sus palabras o sus acciones.

10. Sé un ejemplo: Los niños buscan formas de ser felices y hacer felices a los demás. Ayudalos a integrarse siendo un ejemplo.


Durante siglos, tanto los padres como los profesores han intentado educar a los niños como soldaditos marchando a sus órdenes. Espero que después de leerlo esto también elijas recurrir menos a los premios y castigos para que cada niños pueda desarrollar su propia manera de ser.

Justine Mol

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