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En este post reúno pasajes muy interesantes del libro Crecer
con confianza, educar sin castigos ni recompensas, de Justine Mol. Me tomo
algunas licencias poéticas para “argentinizarlo” y resumirlo un poco.
Nacida en los Países Bajos, Justine Mol es madre e
instructora internacional de “Comunicación No Violenta”. Ha escrito varias
obras sobre CNV aplicada a la educación.
Les dejo sus palabras, porque creo que pueden ayudar a
muchas familias. Espero que así sea.
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He descubierto que las normas que vienen de arriba, cuando
no existe un vínculo respetuoso entre las partes implicadas, sólo se pueden
mantener con una continua “política” a base de premios y castigos.
A los niños se les puede poner normas a partir de los 3
años, aunque si las pactamos con ellos yo las llamaría más bien acuerdos.
¿Cómo educar sin castigar? 10 herramientas comunicacionales.
1. Disfrutá de las cosas: Cuando tu hijo hace las sumas
bien u ordena su habitación, se siente orgulloso de sí mismo o satisfecho.
Este placer aumenta si alguien comparte su alegría. Expresalo con palabras.
2. Laméntense juntos: Una niña que se peleó con una amiga se
disgustará aun más si le decís algo como “¿cuándo vas a aprender a tener en cuenta lo que
ella quiere?” Podés expresar el sentimiento y lamentarte con ella. La tristeza,
como cualquier otra emoción, no es buena ni mala.
3. Expresá tu agradecimiento: Cuando tu hijo haga algo que te
agrada decile Gracias. Expresar agradecimiento puede convertirse en un hábito.
Nos ayuda a fijarnos en las cosas que enriquecen la vida y es una cálida y
feliz alternativa a decirle “Qué bueno sos”.
4. Expresá cómo te sentís: Decile lo que sentís y qué es lo que
te gustaría que hiciese empezando el mensaje con la palabra “creo”.
5. Fijate en el efecto que producen las acciones o las palabras
de tu hijo: Los adultos sólo nos fijamos en esto cuando un niño molesta a
alguien. Hagámoslo también cuándo haga algo bueno. “Mirá la cara de tu amiga
porque le diste la mitad de tu galletita. ¡Qué feliz está!”
6. Mostrá interés: Hacelo tanto si tu hijo hace algo “bien”
como “mal”. Mostrá interés por el motivo que lo impulsó a hacerlo. Interesate
también por el después de un evento. De este modo mostramos interés en la
persona, sin juzgar.
7. Sé claro al poner normas: Además, los niños estarán más dispuestos a seguir las normas
de conducta si participan en su creación. Hacé que sean conscientes de los
efectos que produce su conducta y dales la libertad para desarrollar sus
propios valores éticos. Limitá la cantidad de normas que les ponés.
8. Haceles sugerencias: Si expresás tus ideas de cómo te
gustaría que se comporten en forma de sugerencia no habrá ninguna razón para
castigarlos ni premiarlos.
9. Tené en cuenta sus necesidades: Sea lo que sea que un niño
haga o diga, lo hace para satisfacer una necesidad en particular. Un castigo o
un premio es el resultado de nuestros juicios de valor e ignora las necesidades
de un niño. Observá la necesidad que se esconde en sus palabras o sus acciones.
10. Sé un ejemplo: Los niños buscan formas de ser felices y
hacer felices a los demás. Ayudalos a integrarse siendo un ejemplo.
Durante siglos, tanto los padres como los profesores han
intentado educar a los niños como soldaditos marchando a sus órdenes. Espero
que después de leerlo esto también elijas recurrir menos a los premios y
castigos para que cada niños pueda desarrollar su propia manera de ser.
Justine Mol
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