martes, 26 de agosto de 2014

¿Cuál es el problema de nuestro sistema educativo?


Hay un famoso dicho que reza que si das pescado a un hombre comerá un día, pero si le enseñás a pescar comerá por el resto de su vida. Sin embargo, yo creo que nuestro sistema educativo sigue insistiendo en dar a los niños el pescado listo (cocinado y condimentado). ¿No estamos haciendo algo mal?

Hace unos años salió el documental La educación prohibida, con más de 90 entrevistas a educadores de 8 países de Iberoamérica visitando 45 experiencias educativas. Un proyecto financiado colectivamente que busca repensar la educación y abrir el debate hacia una transformación social. Se las recomiendo. También esta charla TED y este documental sobre el sistema educativo finlandés.

Claudio Naranjo, un psiquiatra chileno, parte de la siguiente hipótesis: "No se educa para la sabiduría ni para la comprensión, se educa para pasar pruebas." Y nos dice el escritor español Rafael Narbona "¿Nadie recuerda que las escuelas imitan el modelo de la fábrica, con pupitres alineados (...)? ¿No es inhumano obligar a los alumnos a adoptar una posición pasiva de escucha, asimilación y reproducción de contenidos?"

¿Y cómo se cambia esto? ¿Es posible mejorar la educación?

Virginia Blaistein, educadora infantil argentina, opina: "Lo que hay que permitir simplemente es que el niño se conecte con su mundo circundante, que explore (...) Es decir, creer, tener mucha confianza en el niño, confiar en el niño, darle un ámbito de libertad para jugar y para explorar." Y Miguel Angel Domínguez, educador uruguayo, suma: "Entonces en realidad la clave es no desde afuera dirigir al niño, “esto está bien, esto está mal, esto lo tienes que hacer, esto no lo tienes que hacer”. En realidad tenemos que involucrar al niño y hacerlo responsable, que el se sienta responsable de que su vida es una construcción, es su propia construcción."

Esto es apenas un punto de partida. Una reflexión. Les dejo el decálogo de la Pedagogía Blanca para seguir pensando un cambio educativo, ¡y espero sus comentarios!
  • Creemos que un cambio del paradigma educativo es indispensable y que son los padres y educadores los que pueden realizarlo, impulsando cambios reales en sus aulas y hogares, sin esperar a que los legisladores les den permiso, empoderados de su propia responsabilidad como educadores.
  • Creemos firmemente que los niños deben tener un papel mucho más activo en su educación.
  • Creemos que los contenidos de la escuela deben ser mucho más flexibles y personalizados.
  • Creemos que los niños aprenden jugando.
  • Creemos además que los niños necesitan tener mucho tiempo libre por lo que la escuela no debería imponerles actividades lectivas.
  • Creemos que los niños deben ser valorados como individuos.
  • Creemos que los castigos son antipedagógicos.
  • Creemos que los niños deben ser respetados en su ritmo de aprendizaje y sus intereses.

sábado, 23 de agosto de 2014

Por qué elijo educar sin castigar


Estaba navegando por ahí y encontré la siguiente frase: “Es abuso cualquier comportamiento encaminado a controlar y subyugar a otro ser humano mediante el recurso al miedo y la humillación, y valiéndose de ataques físicos o verbales.” (Susan Forward, terapeuta y conferenciante). Inmediatamente pensé en los castigos.

Hace tiempo que vengo leyendo sobre el tema y cada día me convenzo más de que castigar a los chicos es un ejercicio de prepotencia, como dice el Dr. Carlos González. Dicha sea la verdad, son muchas las veces que los padres nos sobrepasamos, gritamos y hacemos cosas que no nos gustan. Pero siempre hay tiempo para tomarse cinco minutos y pensar. ¿Podemos hacerlo de otro modo? 

En este sentido les recomiendo Parenting without punishing (crianza sin castigos) de Norm Lee (online y en español); Crecer con confianza, educar sin castigos ni recompensas de Justine Mol; Creciendo juntos, de la infancia a la adolescencia con cariño y respeto de Carlos González; El niño feliz de Dorothy Corkille Briggs; La crianza feliz de Rosa Jové, entre otros.

En Parenting without punishing, una publicación gratuita de Norm Lee, se habla de una investigación llevada a cabo en Estados Unidos sobre violencia familiar. Los resultados demostraron que más del 95% de las personas habían sido golpeados, cacheteados y humillados de otras maneras durante la niñez, experimentando el horror y el trauma de ser atacados por aquellos adultos de quienes no tenían otra opción que depender para sobrevivir y tener amor y protección. No creo que los resultados hubiesen sido muy distintos en Argentina. Hagamos un poco de introspección y memoria.

Norm Lee dice: "La primera objeción al castigo es que no funciona. Que no sirve a nuestro propósito de "reformar" al niño, pues aunque el comportamiento externo pudiera cambiar temporalmente para evitar el castigo, la humillación es internalizada, sólo para resurgir más tarde. El castigo empeora las cosas casi sin excepción, sin importar que sea o no aparente inmediatamente. (...) La mayor parte de la gente cree en la efectividad del castigo porque brinda una apariencia de control. Pero al reprimir la hostilidad, impulsa la mentira, el engaño y la hipocresía y cosas aún peores."

El hecho es que vivimos en un mundo violento y plagado de disfuncionalidad familiar, ¿por qué no analizar las causas y condicionamientos que surgen en infancia misma?

Continua Lee (y yo comparto su visión): "Creemos en los valores tradicionales de la familia: La honestidad, responsabilidad, gentileza, respeto, valor, libertad, paciencia y auto-confianza. (...) Creemos en la auto-disciplina, tanto para padres como para niños." 

QUÉ ES LO QUE PROVOCA EL CASTIGO EN LOS NIÑOS

1. Le enseña que la violencia y la intimidación es el camino para lograr el poder, el control, respeto y madurez.


2. Produce sentimientos de ira y resentimiento. 


3. Hace que el niño se sienta culpable y desvalorizado, minando su autoestima. (sobre la importancia de la autoestima como base psicológica de todo ser humano leer El niño feliz).


4. Impide que el niño pueda madurar y aceptar su responsabilidad.

5. Mata la espontaneidad, el humor, la buena voluntad y la alegría de la niñez.

6. Disminuye su capacidad y habilidad de amar.

7. Ata psicológicamente al niño a la persona que lo castiga en un círculo vicioso que destruye su independencia y rompe su espíritu.

8. Daña el valor y la confianza, produciendo timidez y cobardía.

9. Induce el temor y la ansiedad, generalmente de por vida.

10. Priva al niño de la experiencia de la libertad y del derecho a una niñez feliz.

En Crecer con confianza, de Justine Mol, la autora menciona: "En un sistema de premios y castigos, los niños en lugar de cooperar, vivir en perfecta armonía y respetar a los demás, aprenden sobre la dominación: la persona con mayor poder es la que corta el bacalao y al resto no le queda más remedio que pasar por el aro o rebelarse." Para criar personas seguras de sí mismas debemos prescindir de los castigos.

Por su lado, el Carlos González en su libro más reciente retoma el mismo tema y es bastante categórico: "El castigo es completamente innecesario para la educación de los hijos. (...) Por desgracia, a todo el mundo le gusta las soluciones fáciles y rápidas que las que requieren tiempo y esfuerzo. (...) La palabra castigo se inventó para no llamarlo por su verdadero nombre: venganza."

¿Y cuáles son las alternativas? Muchas. ¿Se necesita paciencia? Seguramente. Y cambiar los patrones bajo los cuales venimos siendo criados (en la mayoría de los casos). Fomentar el diálogo, escuchar activamente, poner reglas claras que se consensúen en familia, respetar los sentimientos y pensamientos de nuestros hijos (aun cuando no estemos de acuerdo), preferir siempre la autoridad democrática u horizontal, confiar en nuestros instintos y en los chicos mismos. Les recomiendo los libros que cité al comienzo. Es un camino que vale la pena comenzar a transitar. ¿Ustedes qué piensan?

miércoles, 20 de agosto de 2014

Los niños y el sexo. ¿De eso no se habla?


Hace tiempo que tengo este tema en carpeta. ¿No sienten que se habla poco? ¿Que sigue siendo un enorme tabú?

Terminé de leer El niño feliz de la educadora y psicóloga Dorothy Corkille Briggs (se los recomiendo). Bucea en la psicología del ser humano con mucha claridad, poniendo de manifiesto la importancia de la autoestima. Me permito tomar algunos pasajes de este libro para que pensemos un poco en el sexo y los chicos.

¿Por qué el sexo es un problema? La autora comienza el capítulo con esta inquietud y la responde con sencillez: porque aun hoy la creencia de siglos atrás de que el sexo es malo y sucio sigue totalmente vigente. Pero "el sexo merece su justo lugar como impulso creativo y nutricio de la vida, con el que debemos manejarnos abiertamente." Y una de las claves es no considerar vergonzoso los sentimientos sensuales de nuestros hijos. "La perspectiva saludable se funda en lograr la comodidad del jovencito respecto de su sexo y de su rol sexual."

Quiero destacar esta frase: "El contacto físico afectará su capacidad futura para disfrutar la intimidad. La ternura y el respeto por el cuerpo del niño y sus necesidades constituye la primera exposición del niño al amor y, por consiguiente, a la educación sexual." Por lo cual, la educación sexual empieza mucho antes de lo que pensamos: con cada caricia y con cada mensaje corporal que enviamos a nuestros hijos desde el momento cero. "Cada vez que bañamos, vestimos o enseñamos a usar los artefactos sanitarios nuestras actitudes hacia sus cuerpos tienen tanta influencia como las preguntas que respondemos sobre el cuerpo, el nacimiento y el sexo. Impartimos educación sexual tanto en forma verbal como no verbal."

Otro pilar fundamental será nuestro ejemplo: "Cuando los padres del niño resuelven sus fricciones mediante una discusión abierta, y cuando le ayudan a él a dar salida a sus emociones, ese niño está recibiendo educación sexual positiva. Aprende que la confrontación no destruye el compromiso y el amor. Por el contrario, las discusiones intensas, prolongadas y destructivas pueden abrumar o asustar al niño. El niño vive la clase de relación que existe entre sus padres y se forma impresiones." 

Respecto de la autoexploración de sus cuerpos: "La forma en que manejemos sus primeras exploraciones de su cuerpo tendrá efecto marcado sobre sus actitudes hacia el mismo." (...) "Todos los niños se dan a la autoexploración y a ciertas formas de exploración mutua o de juego sexual. ¿Qué hacer? El niño saludable y normal toca e investiga sus genitales. No podemos impedir que este descubrimiento se produzca. El segundo período del juego genital se extiende entre los 3 y los 5 años, época en que el niño suele ligarse emocionalmente al progenitor de sexo opuesto al suyo. Lo que hay que enseñar es que debe hacerlo en la privacidad del hogar." (...) "Debemos preocuparnos cuando la masturbación se hace prologada y excesiva. Cuando esto ocurre, puede significar que las relaciones del chico con los demás dan al niño tan poca satisfacción que lo obligan a volverse sobre sí mismo. La masturbación puede servir para aliviar tensiones. Cuando es excesiva, es índice de que el jovencito es desdichado, o se ve sometido a presiones excesivas."

¿Qué pasa con las opiniones externas o las vivencias que tengan nuestros hijos fuera de nuestra familia? "El autorrespeto se nutre con la aceptación sincera del cuerpo y sus sentimientos sexuales. Aunque nuestras actitudes y enseñanzas sean positivas, los niños están expuestos a las actitudes negativas de otras fuentes. Todo lo que podemos hacer en este sentido es asegurarnos de que el entrenamiento que les damos sea realmente positivo, y hacerles ver que existen otras actitudes. Conviene recordar siempre que el niño que se tiene en alta estima es menos proclive a absorber tales actitudes negativas."

Fundamental el tema del género y criar en igualdad: "nada más devastador para el niño que creer que su sexo lleva las de perder. El sentir que su sexo, masculino o femenino, ocupa el segundo plano, destruye el autorrespeto, ya que nada puede hacer él para alterar la situación."

¿Y cuando nos preguntan sobre sexo? "Junto con la aceptación de sí mismo y de sus sentimientos, todo joven necesita información acerca del proceso reproductivo." La autora recomiendo consultar libros pensados a tal fin y aclara que esperemos a que ellos hagan preguntas específicas para comenzar a hablar del tema, y nunca dar más información de la pedida. Hacia los 3 o 4 años los niños suelen preguntar, pero si esto no ocurre ella recomienda sacar el tema no más tarde que a los 5 años. Además, "antes de llegar a la adolescencia el niño debe estar familiarizado con los hechos de la reproducción. Debe saber sobre la concepción, el embarazo y el parto; sobre la herencia, la menstruación y las poluciones nocturnas."

Me gustó también esta referencia al parto y nacimiento: "Se debe enseñar a los chicos que el proceso del nacimiento es perfectamente normal. Son muchos los jóvenes, especialmente las chicas, que viven aterrorizados ante una función humana normal." El terror al parto es algo que persiste en nuestra cultura y lo vemos como habitual, pero si educáramos de otro modo ese miedo irracional se perdería y todos aprenderíamos a vivir esta fase hermosa de la vida de otro modo, ¿no creen? Y yo sumaría también naturalizar el tema de la lactancia.

Otro punto de importancia: el respeto al otro. "Deben aprender que la expresión sexual madura implica responsabilidad personal en torno de la integridad de la otra persona implicada." Sumado al respeto propio: tu cuerpo es tuyo. "Todo chico debe saber que él tiene el poder de elegir a dónde quiere llegar y cómo ha de vivir su vida."

A veces es difícil tratar los temas sexuales, la autora lo sabe, y aconseja de este modo: "Los lazos afectivos fuertes con sus padres dan a los niños la seguridad necesaria" pero si el tema nos pone incómodos seamos honestos: dejemos en claro que el tema es legítimo e importante pero que no sabemos cómo tratarlo. Si es necesario derivemos la inquietud hacia otra persona competente.

También recomienda presentar los hechos con precisión. No podemos salir del paso con cuentos de hadas y luego ir con la realidad. "De esta manera destruiremos su confianza." Por lo cual, con dificultad, vergüenza o como nos salga, la educación sexual tiene que ser realista. Nuestros hijos se merecen este respeto hacia una parte fundamental de su vida.

¿Cómo viven este tema con sus hijos?

PD: al terminar de escribir este post encontré este artículo sobre el tema de la psicóloga infantil Laura Perales. No dejen de leerlo.

lunes, 18 de agosto de 2014

4 mitos sobre el colecho


1. El colecho crea niños dependientes: FALSO
Numerosos autores y profesionales (ver ¿Dónde comprar libros sobre crianza respetuosa en Argentina?) demuestran que, de hecho, los niños que son criados teniendo en cuenta sus necesidades, con respeto, contacto físico y responsividad son mucho más independientes y seguros de sí mismos. Y no olvidemos que dormir con los hijos es "la norma" en muchas sociedades como Japón o Suecia. Para más info sobre los beneficios del colecho click acá (un estudio en inglés muy completo del Dr. Sears), acá o acá.

2. "Si lo metés en tu cama no lo sacás más": FALSO
Durante agosto el Dr. Carlos González dio conferencias en Sudamérica y uno de los estudios que presentó demostraban que, precisamente, era al revés. Los niños que comenzaban a colechar a partir de los 2 a 4 años tardaban muchos más años en irse de la cama de sus padres. Si consultan con su entorno van a escuchar cientos de historias en las cuales los bebés dormían solos en sus cunas pero -sin miedo a equivocarme- me atrevo a decir que todas las familias experimentan un traspaso de camas nocturno cuando los hijos ya cuentan con los medios para hacerlo (2 o 3 años). Pese a todo esto, no se conocen estadísticas oficiales de adolescentes que duerman en la cama de mamá y papá :)

3. El colecho termina con tu vida sexual: FALSO
Por alguna extraña razón la mayoría de las personas asocia el sexo exclusivamente con las noches y con la cama matrimonial. Esto no habla bien de nosotros, ¿dónde habrá quedado nuestra creatividad? Además, no se tiene en cuenta que existen soluciones intermedias, como que el niño duerma una parte de la noche solo y el resto acompañado (que es lo que ocurre usualmente en la mayoría de los hogares).

4. Si duerme en tu cama, tu hijo "ganó la batalla": FALSO
Este tipo de frases es sumamente dañino. La crianza vista como un campo de batalla donde, desgraciadamente, siempre alguien tiene que perder. La necesidad de los bebés y niños de dormir junto a sus padres es algo totalmente natural que tiene que ver con nuestra condición de humanos, con nuestra evolución, con nuestra necesidad de protección y con nuestro instinto de supervivencia.

El colecho es una elección de cada familia, no dejemos que ningún prejuicio se interponga en nuestras decisiones.

¿Qué otros mitos sumarían?

sábado, 16 de agosto de 2014

Añorada y temida alimentación complementaria



Así como la teta no es sólo alimento, la comida tampoco es sólo alimento. La comida es un hecho cultural y familiar y está influida por factores que ni siquiera pensamos.


La alimentación complementaria es muchas veces tan ansiada como temida. ¿A qué edad empezar, cuánto tiene que comer, qué tiene que comer? ¿Y las alergias? A veces el momento del primer bocado nos da ilusión pero pronto se puede convertir en otra batalla diaria.

Por eso, antes que nada, les recomiendo leer Mi niño no me come de Carlos González. Un libro que les va a dar tranquilidad y seguridad respecto de esta nueva etapa. Tomo de este libro algunos consejos, sumados a algunos datos de Mmm... ¡qué rico!, de la nutricionista pediátrica Jane Clarke.

Antes de empezar: es fundamental que, más allá de la edad, el bebé cumpla con 4 requisitos:
1. Demuestre interés en la comida.
2. Se siente con apoyo y mantenga la cabeza erguida.
3. Coordine ojos, manos y boca como para llevarse el alimento a la boca solo.
4. Pueda tragar sólidos (es decir, haya perdido el reflejo de extrusión que es algo totalmente natural). Si tu bebé escupe todo lo que le pongas en la boca, hay que esperar.

Es bueno pensarlo de este modo: los primeros alimentos son sólo un juego, el alimento principal va a seguir siendo la leche (en inglés hay un dicho: Food before one is just for fun, la comida antes del año es sólo para divertirse). Hay bebés que quieren comer antes de los 6 meses (mi hijo empezó a pedir a los 5) y otros que no quieren saber nada hasta mucho después. Y lo mismo las cantidades: puede ir de 2 cucharaditas a un platito. Todo esto es normal, todos los seres humanos somos distintos. Por eso es fundamental que nunca obliguemos a comer a nuestros hijos y que la comida sea un momento compartido y relajado. Dejemos que nuestros bebés jueguen, exploren, conozcan las texturas de los alimentos, saboreen y relacionen la hora de comer con un lindo momento en familia.

La mayoría de los pediatras suelen ser bastante estrictos con lo permitido y lo no permitido (y varía muchísimo de un país a otro), pero en general los prohibidos al comienzo son el gluten, las grasas, la leche común, el pescado, los mariscos, la sal, la miel y el azúcar. Por supuesto, antes de empezar les recomiendo hablar siempre con sus pediatras y revisar las alergias de sus familias.

De todos modos, respecto de las alergias, el nutricionista Julio Basulto dice: “Si aplicamos la lógica, parece sensato retrasar la aparición de los alimentos potencialmente alergénicos en la dieta del bebé. Sin embargo, la lógica no siempre coincide con las pruebas científicas. En este caso, tal y como indican hoy las principales asociaciones de pediatría, y como confirmó en mayo de 2010 una revisión publicada en Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care, es innecesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos en bebés. De hecho, incluso podría ser contraproducente. Lo verdaderamente relevante es la progresión, es decir, hacerlo poco a poco (siempre a partir de los 6 meses de edad) para comprobar la tolerancia del bebé. Si al día siguiente de incorporar una novedad en su dieta, el niño sigue bien, adelante con otra.”

Empecemos con un consejo: al principio la cantidad de comida que van a necesitar es muy pequeña, por lo que es buena idea cocinar en grandes volúmenes y freezar en porciones (yo utilizaba cubeteras y cuando ya estaban congelados los cubitos los colocaba en bolsitas para freezer, rotulando el alimento y la fecha).

Respecto del modo de cocción: si bien se puede cocinar perfectamente en agua potable por medio del hervor, es mejor todavía cocinar al vapor (se pierden menos nutrientes), esto se consigue con una vaporera/vaporiera eléctrica o común, pero les doy otro buen consejo: pueden hacer todo tipo de verduras en el microondas, es muy rápido (el libro de Jane Clarke recomienda este método). No hace falta poner bolsas ni pinchar las verduras. En 4 minutos, por ejemplo, se cocina una batata grande entera. 

Los pediatras también recomiendan sumar calorías a las papillas, ya que las verduras solas tienen muy pocas. Acá deberían consultar con el suyo, yo solía usar aceite de oliva. Recordemos que no es necesario procesar los alimentos, simplemente se pueden pisar con un tenedor (muchos recomiendan dar siempre alimentos con textura, para que a partir del año podamos empezar a dar "comida normal" y la transición sea más sencilla). Y cuando los bebés ya coordinan mejor sus manos también podemos darle trocitos.

Las opciones son muchas, lo bueno es animarse, consultarlo y probar. No hace falta que nuestros bebés coman sólo manzana rallada y calabaza. Sólo importa que introduzcamos los alimentos de a uno. Mis opciones para los primeros meses eran: maíz, batata, zanahoria, arroz blanco bien cocido, quínoa, avena, polenta, lentejas, arvejas (las congeladas son las mejores), banana, manzana, pera, ciruela, cítricos y tomate sin piel ni semillas, palta, pollo y carnes rojas. Siempre cualquier producto fresco será preferible que uno procesado. Los alimentos envasados y procesados "para bebés" yo los dejaría sólo para una emergencia (o ni eso). Si podemos evitarlos, mejor.

Y si no come, ¡ya comerá! Escuché muchísimas mamás angustiadas que decían "mi bebé no quiere comida, sólo quiere teta". Y un pésimo consejo que pueden recibir estas mamás es "negale la teta, si no come comida, no hay teta". Esto es un disparate, el mejor alimento para todos los bebés es la leche materna. Y sí, eventualmente, esos bebés también comerán. Pongo este ejemplo porque suele ser lo más habitual, los bebés que toman leche de fórmula también seguirán alimentándose principalmente con la leche, la alimentación es complementaria porque complementa justamente la leche.

¡Buena suerte! Cuéntenme sus experiencias. ¿Cómo viven o vivieron esta etapa?

miércoles, 13 de agosto de 2014

Coy Aike, una ONG que trabaja por el respeto, la solidaridad y la integración de niños y jóvenes

Estoy profundamente convencida de que los niños deben ser una prioridad en toda sociedad. De que su desarrollo positivo y respetuoso nos permitirá a todos, como comunidad, apostar a un futuro mejor. Es por eso que tanto las escuelas como otras instituciones que intervienen en la formación de nuestras futuras generaciones son tan importantes. Por fortuna hay personas que comparten mi punto de vista.

Hoy le doy la bienvenida a Patricio Arturi, profesor de educación física y animador, para que nos cuente un poco de qué se trata la actividad que hace con la ONG Coy Aike.
El nombre Coy Aike viene del Tehuel-che: el Coy Aike de los Tehuelches era el lugar donde ellos elegían asentarse, armar su campamento y tener todo lo necesario para vivir. Eran un grupo pacífico, no tenían un jefe sino que decidían todo en comunidad. Somos una ONG cuyo objetivo es brindar espacios de recreación a los niños y jóvenes en relación con la defensa y promoción de sus derechos. También nos unimos para brindar capacitación y formación en lo referente a la animación socio comunitaria y educativa. 

¿Qué edades tienen los chicos?

Los mas chiquitos participan de la colonia, hasta los 11 o 12 años. Allí pueden seguir participando en la colonia de recreación, pero nuestra idea es que formen parte de nuestros grupos de formación: Pewmantechi (11 a 12 años), Illihué (13 a 14 años) y Hueney (15 a 18 años). Una vez "cursados" los 3 grupos, la idea es que pasen a ser animadores y sean ellos quienes convoquen mas chicos del barrio Villa Independencia para que se sumen y multipliquen la experiencia Coy Aike.



¿Qué tipo de actividades hacen?
Las actividades están relacionadas a la recreación y la reflexión (juegos, canciones, danzas, actividades de campamento, vida en la naturaleza, etc). Todos los años, intentamos que el cierre de todos los talleres sea en un campamento, para poder aplicar lo aprendido y evaluar si nuestro trabajo estuvo a la altura de sus necesidades.

¿Cuáles son los valores que buscan transmitirles a los chicos?
Todas las actividades que realizamos tienen como valores principales el respeto, la solidaridad y la integración. Promover que no importa la clase social ni económica, todos tenemos la posibilidad de elegir los valores que van a ser los pilares de nuestras acciones en el futuro.

¿Cuál es la mayor satisfacción para vos como docente después de tantos años?
Son muchas... es difícil describirlo con palabras; pero creo que hoy en día lograr que un chico que convive con la violencia todos los días, en la casa, en la escuela y en el barrio, te diga "gracias profe".
Algo que me llenó por completo fue trabajar con chicos de una escuela de recuperación, donde había muchos problemas de violencia y abuso, y después de 6 días en Embalse, que los chicos se despidan agradeciéndote con lágrimas por "todo" lo que hicimos. Y vos pensés "¿que hice?". Con tan poco se pueden hacer tantas cosas, ¡y los que deberían hacerlas no las hacen!.





¿Podemos colaborar con donaciones o voluntariado? ¿De qué modo? 
Sí, por supuesto. Pueden colaborar poniéndose en contacto con nosotros a través de:

Además, todos los que estén interesados en participar de las actividades, pueden hacerlo como participantes (valga la redundancia) o como animadores, si ya son más grandes. Y este año estamos intentando ampliar nuestra llegada a otros barrios y escuelas, con un proyecto de campamentos y viajes educativos y lo recaudado sirve para mejorar nuestras instalaciones, comprar material, incentivar a los voluntarios, pagándoles viáticos y premios.

¿Cómo se pone la gente en contacto con ustedes?

Por los mismos medios: sitio web y Facebook. Los invito a todos a entrar en el sitio, sólo para que al menos sepan quiénes somos y qué hacemos. Además, también hay fotos de actividades, de nuestro refugio en Taninga, Córdoba, y muchas cosas más.




NO HAY NADA MAS SERIO QUE UN NIÑO JUGANDO Y RIENDO

Patricio Arturi es Profesor Nacional de Educación Física desde el año 2004. Empezó su carrera como animador de campamentos en un grupo que era parte de la escuela a la que asistió toda su vida. Este grupo se llamaba Coy Aike (grupo del cual, en 2001, se desprende la ONG). Trabajó como docente en escuelas hasta el año 2006. Luego se embarcó en los cruceros Costa para ser Jefe de Animación Infantil. Trabajó en fiestas infantiles, torneos deportivos y turismo educativo. Actualmente realiza actividades en la Asociación ad honorem.

lunes, 11 de agosto de 2014

Conferencia del Dr. Carlos González: Autoridad, Premios y Castigos

En este post intentaré reproducir los principales conceptos que expuso el Dr. Carlos González en su conferencia Autoridad, Premios y Castigos el viernes 1 de agosto de 2014 en la Ciudad de Buenos Aires. No se trata de una desgrabación sino de una interpretación propia.

Como siempre, su estilo fue locuaz, irónico y sencillo. Habló con calidez, sinceridad y sentido común, e hizo reír al auditorio en muchas ocasiones. Comenzó su exposición definiendo el concepto de puericultor como aquel que se ocupa del cuidado integral del niño tanto en su aspecto físico y psíquico como social. Él se refirió a los niños como aquellos "que no tienen voz", de ahí la enorme importancia de tener en cuenta sus necesidades. También destacó la importancia de no reproducir dogmas pediátricos.

Su temario arrancó con el tema de los límites y de cómo considera que es una moda actual (antes no se definía de este modo, al menos) contradictoria e hipócrita: para los adultos los límites suelen ser algo negativo (nos frenan), de hecho en las publicidades, por ejemplo, decir "sin límites" es algo positivo. Parecería que los límites "buenos y necesarios" sólo aplicasen a los menores. Un cita que me quedó rondando la cabeza (y pienso usar hasta el cansancio) es "hemos perdido como sociedad nuestra capacidad de tolerar las conductas normales de los niños". Los adultos solemos admirar la "rareza" de otros adultos (aquel que nada con cocodrilos o escala el Aconcagua), sin embargo en los niños buscamos todo lo contrario: la normalidad, la uniformidad.

Luego pasó al tema de la autoridad. Para él, la autoridad es algo natural que tenemos por el mero hecho de ser padres (somos los que sabemos, los que cuidamos, los más grandes), y recomienda "no gastar la autoridad en tonterías". "La autoridad es como el dinero, si las gastas, se acaba." Por lo cual recomienda no ser rígidos con los horarios, la comida, las conductas, las normas. Es mejor pedir pocas cosas: cuanta más autoridad, menos normas. "¿Quién es la autoridad máxima -bromeó- ¡pues Dios! (risas) ¡Y él sólo te pido que hagas 10 cosas!". A veces pedimos cosas inútiles a nuestros hijos y volvió a bromear: "delante de un policía tu puedes pisar un charco y no pasa nada, ahora, que te vea tu madre..." Y continuó con su estilo irónico, respecto de cómo los niños a veces obedecen poniendo "mala cara": "Sólo los padres son capaces de querer que sus hijos les obedezcan felices, ni siquiera Napoleón. La gente frustrada se enfada." Y tampoco está de acuerdo con que los niños deban tolerar la frustración. Ellos se frustrarán, eso es inevitable, no es algo malo ni que debamos evitar.

El respeto hacia los hijos, para González, no se debe perder nunca. ¿Qué pasa si aparcamos en un lugar que está prohibido? Viene un policía y amablemente nos dice "Señor, en esta calle no está permitido aparcar, debo hacerle una multa", no nos dice "Gilipollas, ¡que te he dicho cuarenta veces que aquí no se estaciona". ¿Entonces por qué a veces sí se habla de ese modo a los hijos? Nosotros no perdemos nuestra visión del policía como autoridad porque nos trate con respeto. Aquí lo importante es cuidar las formas, hablar con respeto, incluso cuando sea un reto. Nuestros hijos no son nuestros enemigos.

Otro tema muy interesante, ¿qué pasa cuando le digo a mi hijo que no haga una cosa y la vuelve a hacer, sonriendo y mirándome? ¿Me desafía? Por supuesto que no. "Cuando tu hijo te quiera desobedecer lo hará a escondidas". Lo que hacen los niños es pedir información para poder obedecer mejor. Los niños desean obedecer a sus padres y hacerlos felices. A veces nuestras órdenes no son claras o son contradictorias: sí se puede escribir este papel (una revista vieja) pero no este otro (que para el niño es igual, pero se trata de un papel importante). Sí se puede escribir esta pared (una pizarra o una pared del jardín) pero no esta otra (una pared del comedor). Los niños deben probar muchas veces para poder saber si es que no se puede hacer esa acción nunca o sólo en cierta circunstancia. En ese caso debemos decir que no se puede, quitarle, por ejemplo, el marcador, explicándole con respeto y sin gritos, castigos ni insultos. Con la repetición solamente lo entenderá. 

Luego habló del tema teoría del apego. Él no está de acuerdo con el concepto de "crianza con apego", dice que todos los chicos tienen apego ya que es una necesidad básica del ser humano (salvo casos graves muy excepcionales). El apego puede ser seguro o inseguro. Se puede colechar, dar teta y tomar mucho en brazos y que nuestro hijo tenga igual un apego inseguro. Eso solo no basta. Como padres, lo importante no es que hagamos todo bien todo el tiempo, sino lo que hacemos y decimos la mayoría de las veces. No está de acuerdo con que los chicos se puedan "traumar para el resto de la vida". Yo creo que busca desculpabilizar a los padres y alentarlos a mejorarse cada día, lo cual veo muy bien, pero no estoy de acuerdo con que todo de lo mismo (él dio el ejemplo del método Estivil y de hecho hay estudios que demuestran que sí afecta negativamente el cerebro de los bebés, pero ese es otro tema). El apego seguro, por supuesto, es lo mejor y da una idea a nuestros hijos de cómo funciona el mundo. Un bebé pensaría: si lloro y me hacen caso (brazos o palabras o como sea), el mundo es mejor, yo soy más feliz. La actitud responsiva ante las necesidades de nuestros hijos contribuye a lograr el apego seguro.

Tema premios: otro de los pilares de esta conferencia. Para él los premios son inútiles. Los incentivos, está demostrado, no funcionan para modificar conductas. ¿Qué damos como premio? ¿Cosas malas que normalmente prohibiríamos? No tiene sentido. ¿Cosas buenas como un paseo compartido o un regalo? Hay que darlas igual. No es ético decir: "vamos al zoológico porque te sacaste un 10" si de todos modos iríamos porque es sábado y queremos pasar un tiempo juntos en familia. "Los premios degradan la calidad moral del acto. Le dices que no estás confiando en él". Hay que hacer las cosas porque son buenas, deseables, importantes, etc. No porque vayan a premiarme. "Los premios sorpresa sí funcionan, pero degradan la calidad moral de TU acto."

Los castigos, por su parte, tampoco sirven para nada. Uno no obedece más o menos, se sienten injustos, suelen redundar en rebeldía o sentimientos negativos. Los elogios, por otra parte, tampoco son buenos en sí. Los elogios a la persona disminuyen el rendimiento. Si digo a mi hijo que es un excelente dibujante cada vez que dibuje sentirá la presión de tener que cumplir y correrá el riesgo de "fallar". Y debería dibujar porque le gusta, como un desafío, no para cumplir con nadie. Los elogios al resultado a veces son buenos pero también pueden ser negativos: si sólo dibuja para ver el resultado se pierde la diversión del proceso. En cambio, los elogios al proceso sí son buenos. Valorar el esfuerzo, alentar las ganas. Esto se hace hablando, en el ejemplo anterior, de los detalles del dibujo, comentando los colores, poniendo atención. No es lo mismo decir "qué lindo dibujo" y seguir en tus cosas que decir "me encanta este color verde, ¿cómo hiciste para pintar el cielo?, qué lindas son las flores, tienen pétalos amarillos". Los chicos notan que estamos prestando real atención.

Carlos González finalizó su conferencia dando aliento a los padres: "Hacemos decenas de cosas bien (...) hacemos más cosas buenas que malas espontáneamente" y para cerrar dio un listado de acciones que nos ayudan, como padres, a enfocarnos en aquellas cosas realmente importantes. Les dejo el detalle.





Que sean niños los niños (por Mex Urtizberea)


Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.

Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes....

Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.

Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.

Que sean niños los niños, y no un target.

Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.

Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.

Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.

Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.

Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.

Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.

Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.

Que sean niños los niños.

Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.

Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.

Que sean niños, no "el repetidor" o "el conflictivo" o "el que nunca trae los deberes".

Niños, y no los que empujan el carro con cartones.

Que sean niños los niños, simplemente.

Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.

Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.

Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.

Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.

Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.

Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. INOCENTES DE TODO LO HEREDADO.

jueves, 7 de agosto de 2014

No quiere dormir solo (por Laura Gutman)


Si empezáramos a entender que ningún bebé o niño quiere dormir solo y dejáramos de verlo como un problema... ¡tendríamos un problema menos!

Reproduzco el texto original de Laura Gutman:

¡Por supuesto que los niños no quieren dormir solos! Ni quieren, ni deben. Los bebés que no están en contacto con el cuerpo de sus madres, experimentan un inhóspito universo vacío que los va alejando del anhelo de bienestar que traían consigo desde el período en que vivían dentro del vientre amoroso de sus madres. Los bebés recién nacidos no están preparados para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta separación del cuerpo de la madre causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. No pasa nada si traemos a los niños a nuestra cama. Todos estaremos felices. Sólo basta con hacer la prueba para constatar que el niño se duerme entre sonrisas, que la noche es suave y que no hay nada que pueda ser contraproducente cuando hay bienestar. Lamentablemente las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad para comprender los pedidos de nuestros hijos que son inconfundiblemente claros. Circula socialmente la idea que satisfacer las necesidades de un bebé los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado, ya que en la medida que no dormimos cuerpo a cuerpo con los niños, ni los tocamos, ni los apretamos… ellos van a reclamar más y más. Pensemos que el “tiempo” para los niños pequeños aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. Si los niños deben esperar demasiado tiempo para encontrar confort en brazos de su madre, se aferrarán con vigor a los pechos, mordiendo, lastimando o llorando, apenas tengan acceso al cuerpo materno. El miedo será la principal compañía, porque sabrán que la ausencia de la madre volverá en cualquier momento a devorarlos. Los niños tienen razón en reclamar contacto físico ya que son totalmente dependientes de los cuidados maternos. Tienen conciencia de su estado de fragilidad y hacen lo que todo niño sano debe hacer: exigir cuidados suficientes para su supervivencia. La noche es larga y oscura, y ningún niño debería atravesarla estando solo. ¿Hasta cuándo? Hasta que el niño no lo necesite más.

miércoles, 6 de agosto de 2014

El puerperio (por la Lic. Yanina Benasus)

Foto: Jade Beall

“Había una vez, una pareja que se amaba mucho, mucho. Fruto de ese amor, nació un hermoso bebé. Luego de haber dado a luz y de regresar a su hogar, la pareja estaba muy feliz, a pesar del cansancio lógico de los días posteriores al parto. Esa primera noche, se encontraron con la realidad de estar solos en su casa y como en los cuentos de hadas todo parecía fácil... Solo había que amamantar al bebé a libre demanda, cambiarle el pañal y acunarlo para dormir… la mamá iba a entender el llanto de su bebé y este dormiría, tomaría el pecho y los tres estarían felices y comerían perdices….Todo era color de rosa… pero colorín colorado este cuento ha acabado…”

Esa primera noche, la mayoría de las mamás y papás, la recuerdan perfectamente. Y más, los padres primerizos que no tienen idea de cómo será. Los tres llegan a casa, la mamá muy dolorida por su parto vaginal o por su cesárea, los pechos llenos de leche, el cansancio de las noches sin dormir, el mal humor propio de todo este panorama, los intercambio entre la pareja. La mujer se siente vulnerable, sola, con tantas dudas y preguntas y sumado a todo, el bebé que no quiere dormir en su cuna y el mensaje fue claro: no duerman con el bebé en la cama que lo pueden aplastar, y uno realmente tiene miedo de hacerlo, entonces pasamos las primeras noches en vela, turnándonos con la pareja o con la ayuda que uno tenga y el bebé duerme feliz en nuestros brazos y nosotras con el cuello duro y esa primer noche, lejos de un cuento de hadas, nos encontramos con la dura realidad de estar ahí los tres, solos, sin saber bien qué hacer… y a pesar de todo este escenario de incertidumbre y desconcierto, felices y emocionados por la llegada de nuestro bebé…. Así empieza el puerperio.

No es el comienzo más feliz para esta etapa, que por suerte, como todo, no es permanente. El puerperio es el periodo que inmediatamente le sigue al parto. Según su desarrollo podemos dividirlo en cuatro etapas (inmediato, puerperio propiamente dicho, tardío y alejado) y la teoría dice que va desde el momento posterior al parto hasta los 6 meses del bebé. Es claro que la teoría no siempre acompaña a la realidad, para muchas madres este periodo se extiende hasta el año del bebe y para muchas otras hasta los 2 años.
Y así los días y las noches van pasando y de a poco, todos están más “adaptados” (por decirlo de alguna manera) a esta nueva vida y rutina. La mamá con el sueño muy liviano controlando a cada segundo la respiración de sus bebé, el compañero que no sabe muy bien cómo ayudar y la familia que colabora como puede, en el mejor de los casos. En muchas oportunidades esa nueva mamá se encontrará teniendo muchas preguntas y la mayoría de las veces, ¡sólo Google para responderlas!  Por eso cuando empezamos a atravesar el Puerperio es fundamental encontrar un espacio con mamás como una que están pasando en ese momento por la misma situación. Llamémosle a este grupo: grupo de apoyo, de contención, de paridad. Es así como buscar un taller de crianza, una charla de puerperio, un taller de masaje infantil para mamás con bebés puede ser muy útil y una buena alternativa para atravesar este periodo. Estos encuentros con un grupo de pares puede significar para esta mamá mucho más de lo que parece, ya que no sólo habilita el espacio para el encuentro con mamás en igual situación y condición, sino que brinda la posibilidad de salir de la casa, de tener algo programado con horario, de poder sacarse el pijama y arreglarse un poco para salir, muchas veces significa poder volver a conectarse con el mundo exterior lo cual ayuda mucho durante la primera etapa del puerperio.

Durante el puerperio la inestabilidad emocional que sobreviene a la mamá es desestructuraste, por lo menos en el primer tiempo. El cuerpo comienza a cambiar y a volver a ser el que era, pero continua diferente. La mujer se siente gorda, fea, poco atractiva. El sexo no abunda por que la libido está puesta en el bebé y los estados emocionales fluctúan en un vaivén sin sentido, el cual no podemos explicar y por momentos una se siente bien, plena y feliz y en pocos minutos, la sensación puede convertirse en tristeza, angustia, culpa, incertidumbre. Por lo cual para aquellas personas que estén acompañando a la mujer puérpera también será de gran ayuda contar con determinada información y sobretodo tener mucha paciencia para poder acompañar, apoyar y asistir. El puerperio trae aparejado cambios emocionales, físicos y psicológicos. Por supuesto que cómo cada mamá atravesará esta etapa dependerá en gran medida de muchos factores, acá no hay verdades universales ni todas las recetas sirven para todas las personas. Pero sí tenemos opciones y herramientas que nos permitirán sentirnos contenidas cuando tengamos la sensación de desborde, sentirnos acompañadas cuando creamos que nadie nos entiende y poder hablar con otras mamás de nuestros bebes nos hará sentir más plenas, acompañadas y sostenidas.

Por lo cual, buscar y encontrar un grupo de apoyo, de sostén, de igualdad es muy recomendable para sostenerse en esta etapa. A veces la ayuda de la familia, de los amigos y de la pareja (que por más que haga el intento, no logra entendernos), no alcanza y es bueno formar lazos que nos ayuden a construir otras verdades y ver que la realidad es que nadie nace sabiendo cómo es ser madre, ni mucho menos como es ser “buena” madre. Un placer y un alivio poder hablar de nuestro bebé horas y horas, intercambiar mails y compartir anécdotas de nuestros hijos, con mamás que realmente quieran escucharlas. ¡Qué bueno poder hablar de sexualidad y que los demás te entiendan porque les pasa lo mismo! Así de apoco, la maternidad empieza a disfrutarse mucho más y la soledad que varias veces genera la incertidumbre de no saber qué hacer ante determinadas situaciones empieza a sentirse más tolerante. Definitivamente cuando una siente que sola no puede, de nada sirve seguir intentándolo, sino más bien buscar qué alternativas (grupos, foros por Internet, centros y charlas gratuitas de lactancia) puedo encontrar.

Lo bueno del puerperio es que pasa, como todas las etapas de la vida y sirve para transformarnos. A pesar de la angustia, la incertidumbre y el cansancio propios de esta etapa, una nueva mamá tiene herramientas para transitarla de una manera más placentera. Lo único que resta decir es que a pesar de todo lo movilizarte de lo que implica ser una mujer puérpera, cuando logren encontrar esos momentos de tranquilidad, armonía y conexión con su bebé y se vean enamoradas, perdidas en la mirada de ese nuevo ser que llegó para cambiarnos la vida, se darán cuenta de que sólo estamos transitando una de las mejores etapas de nuestras vidas y ojalá desde esa perspectiva, podamos aprovechar este espacio de transformación fascinante del nuevo mundo de ser mamás.

Y ahora sí… colorín colorado, este cuento se ha terminado.


Yanina G. Benasus
Mamá, Lic. en Psicología, Educadora de Masaje Infantil (AIMI), Fundadora de Pequeño Mundo - Masaje InfantilEspecialista en Embarazo, Maternidad y Puerperio (Sistema Natal),Terapia Sexual estratégica (ISDEBA) y Psicología de la Infertilidad (ALMER).

domingo, 3 de agosto de 2014

La contención de las mamás (o la locura de criar tan solas)


¿Sabían que la depresión perinatal afecta a 1 de cada 5 mujeres según la OMS? Lo leo y me parece altísimo y bajísimo al mismo tiempo. Yo creo que todas sentimos en algún punto un poco de angustia, depresión o desconsuelo. Eso hizo preguntarme: ¿qué nos pasa psicológicamente a las mujeres en esta etapa de nuestras vidas?

Según la Lic. Alba Pozo, hay ciertas "situaciones a tener en cuenta en el estado de ánimo de la mamá, ni bien ha nacido su bebé. La falta de sueño, es estrés, los miedos y ansiedades, el agotamiento, la falta de apoyo, pueden desencadenar una serie de síntomas en las mamás que han dado a luz, sobre todo si son primerizas: obsesiones, decaimiento, depresión, cambios de humor, accesos de llanto, disminución del apetito, problemas para dormir."

Esto, según la psicóloga, es normal, "dado el esfuerzo físico y psíquico que supone el parto (o cesárea). Algunas mujeres pueden padecer más que un decaimiento y desarrollar una depresión con síntomas severos y más duraderos. Es fundamental el apoyo que la mamá reciba en estos momentos. Es muy importante que no se aísle con sus dudas y angustias, que pida ayuda. Si llega a ser necesario que no dude en consultar con un profesional idóneo en el tema, un psicólogo. Compartir sus experiencias con otras mujeres que atraviesan esta etapa es también de gran ayuda."

Y es acá donde quería llegar: porque las mujeres en el siglo XXI tenemos de todo y no tenemos nada. Maternamos aisladas entre 4 paredes. Pasamos la mayor parte del día con nuestro bebé completamente solas. ¡Como para no enloquecernos! Mi abuela hace sólo 50 años criaba a sus hijos en compañía de sus hermanas y vecinas. ¿Cómo adaptamos esta necesidad de contención y compañía a nuestra realidad actual?


Laura Gutman nos dice: "Todas las madres con niños pequeños necesitamos sostén, acompañamiento, solidaridad, comprensión y resguardo de otros miembros de nuestra tribu. Pero claro, en el mundo occidental -especialmente en las grandes ciudades- nos hemos quedado sin tribu. (...) Es tiempo de admitir que somos sólo dos personas -nada más que dos- y que tanto las madres como los padres estamos demasiado solos en la compleja tarea de acunar a nuestros hijos. Si la realidad es tan desventajosa, compartamos lo que nos pasa, conversemos y decidamos juntos a quiénes pedir ayuda. Inventemos una red amorosa donde haya un lugar destacado para los niños. Ofrezcamos una sonrisa, un libro, un dato valioso a otras madres. Abramos nuestras casas, cocinemos algo delicioso, invitemos a otros adultos con niños a visitarnos."


El pediatra Carlos González también habla de tribu: "Es difícil que una sola persona pueda hacerse cargo de cuidar, alimentar y proteger a los niños durante tanto tiempo. Las madres han necesitado la ayuda de su familia (...) y de la sociedad en su conjunto, de toda la tribu. En casi todas las culturas humanas, el padre permanece junto a la madre durante años y la ayuda a proteger y alimentar a sus hijos." "La ausencia de otros familiares y la menor relación con los vecinos hace que muchas madres pasen largas horas solas en casa con un bebé.(...) eso no es bueno para su bienestar psicológico. No es bueno que una persona adulta tenga que pasar horas y horas sin otros adultos con los que hablar, con la única compañía de un bebé. (...) Dice un refrán africano que para criar a un niño hace falta toda una aldea."


"Por eso cuando empezamos a atravesar el puerperio es fundamental encontrar un espacio con mamás como una que están pasando en ese momento por la misma situación -dice la psicóloga Yanina Benasus- Llamémosle a este grupo: grupo de apoyo, de contención, de paridad. Es así como buscar un taller de crianza, una charla de puerperio, un taller de masaje infantil para mamás con bebés puede ser muy útil y una buena alternativa para atravesar este periodo. Estos encuentros con un grupo de pares puede significar para esta mamá mucho más de lo que parece, ya que no sólo habilita el espacio para el encuentro con mamás en igual situación y condición, sino que brinda la posibilidad de salir de la casa, de tener algo programado con horario, de poder sacarse el pijama y arreglarse un poco para salir, muchas veces significa poder volver a conectarse con el mundo exterior lo cual ayuda mucho durante la primera etapa del puerperio."

Salir al exterior. Exactamente. ¿De dónde habrá salido la idea de que un bebé tiene que estar aislado con su madre? Sea como sea, es rara y sólo ocurre recientemente y en la sociedad occidental (es decir, no es lo normal ni lo universal). Dice Jean Liedloff que lo natural es todo lo contrario: que el bebé se integre a la sociedad a través de su madre, pegado a ella, viviendo el mundo a través de sus acciones (y el Dr. González también retoma conceptos muy similares).

En mi experiencia personal les puedo asegurar que salir es sumamente importante. Sí, podemos salir con un bebé, ir a la plaza, a caminar, a visitar a alguien. Parece una obviedad, ¿lo será? Los bebés aman el movimiento, llevarlos en portabebé no sólo es cómodo y nos da libertad sino que es bueno para ellos. Y encontrar un grupo de contención, amistad, crianza o como quieran llamarlo, es todavía mejor y te permite sentirte escuchada, comprendida y acompañada. Sin prejuicios, de par a par. Yo encontré un gran apoyo gracias al hermoso espacio de Tiempo de Nacer, donde hice gimnasia para embarazadas y taller mamá-bebé. Aprendí mucho, me sentí acompañada y encontré amigas únicas. Con ellas compartimos, hicimos catarsis (lo seguimos haciendo), lloramos juntas y acunamos a nuestros hijos juntas, dimos la teta, la mamadera, pusimos un DVD de Mickey intentando charlar 10 minutos sin quejas, nos reímos hasta más no poder de nuestras propias ridiculeces, hicimos "upa parado", nos aconsejamos, tomamos mate y nos escuchamos. De par a par.

Podemos compartir en las redes sociales y buscar mamás de nuestras ciudades para armar grupos (sobre todo aprovechando la época de licencia por maternidad, donde más tiempo tenemos), buscar la compañía a nuestros amigos y familiares, escribir en foros y blogs, y hasta conectarnos con otros países. ¡Lo importante es saber que no estamos solas en lo que sentimos, sólo nos falta nuestra tribu!